Por: Víctor F. Alvarado Fernández
10 de octubre de 2024
A lo largo de la historia, la seguridad ha estado intrínsecamente vinculada al ejercicio del poder y al control social, necesario para detentarlo. Desde las sociedades más primitivas, hasta los sistemas políticos contemporáneos, el concepto de seguridad ha sido utilizado por las “élites directamente” o a través de “autoridades a su servicio”, como un medio para garantizar su supervivencia, expandir su influencia y proteger sus intereses. Sin embargo, el rol de la seguridad ha evolucionado, tanto en su forma como en su justificación, a medida que las sociedades han cambiado sus estructuras económicas, políticas y sociales. Tanto es su evolución, que hoy en el foro profesional, se habla de la Ciencia de la Seguridad. Verbigracia: García Reyes, V. (2016). Pág. 11.
Origen Primitivo y el Poder Militar
En las primeras sociedades humanas, la seguridad era una necesidad básica vinculada directamente a la supervivencia física de los grupos. En tiempos en que la recolección y la caza eran los principales modos de subsistencia, los grupos organizaban su seguridad a través de la fuerza colectiva, defendiendo su territorio de amenazas externas, como animales peligrosos o tribus rivales. No había una autoridad centralizada, sino una dinámica comunitaria en la que, la protección y la defensa eran parte de la vida diaria.
Con el tiempo, la introducción de la cría de animales y la agricultura deriva en un excedente de producción, lo que lleva a la aparición de las primeras formas ponderadas de propiedad, y abre paso al trueque, como forma primitiva de comercio. Este cambio marcó una transición crucial en el concepto de seguridad, ya que no solo se trataba de proteger la vida de los miembros de la comunidad, sino también de salvaguardar los recursos y bienes acumulados. Así nació la necesidad de una organización más estructurada de la fuerza, con el surgimiento de líderes militares que se convertían en protectores de las tierras y bienes, tal como sugiere Gómez Fuentes, A. (2010). Págs. 16-18.
En las primeras civilizaciones e imperios, verbigracia el romano, la seguridad y la fuerza militar se institucionalizaron. Los líderes de estas civilizaciones consolidaban su poder a través de su capacidad militar, utilizando ejércitos para conquistar y mantener el control sobre vastos territorios. El poder y la riqueza derivada de la conquista, en muchos casos, se repartían entre los ejércitos, fortaleciendo el vínculo entre el poder militar y la autoridad política. Los emperadores y reyes, delegaban el control de territorios a líderes militares, quienes mantenían el orden en sus dominios y protegían las fronteras.
Evolución de la Propiedad Privada y el Estado Moderno
Con el paso del tiempo, los sistemas monárquicos y feudales basados en la autoridad militar comenzaron a transformarse, en gran parte debido al desarrollo del comercio y la acumulación de riqueza en manos de nuevas clases sociales, como la burguesía. A medida que el comercio se expandía, los excedentes económicos y las nuevas tecnologías productivas, llevaron al surgimiento de una nueva élite, que ya no dependía exclusivamente de la fuerza militar para consolidar su poder.
En este punto de la evolución, la seguridad pública dejó de ser simplemente una cuestión de defender territorios o proteger las riquezas del monarca. Los burgueses, propietarios de medios de producción y bienes, comenzaron a exigir estructuras legales y de seguridad que protegieran su propiedad privada y sus intereses comerciales. Así, el derecho se convirtió en un instrumento crucial para garantizar la estabilidad social, y con ello surgieron los primeros cuerpos policiales, como un mecanismo para aplicar la ley y mantener el orden dentro de las ciudades y los territorios.
Para garantizar su aceptación generalizada y que fuese transmitida entre generaciones, se ideologiza otra perspectiva de la soberanía, a través de un nuevo paradigma, hoy conocido como, la teoría del contrato social, desarrollada por pensadores como T. Hobbes y J. Locke, quienes justificaban la creación de un Estado que mantuviera el orden y garantizara la protección de los derechos individuales (vida, libertad y propiedad). En este modelo, los cuerpos de seguridad policial, no solo protegían a las élites, sino a toda la ciudadanía, aunque en la práctica, como señalaron pensadores críticos como J.J. Rousseau y más tarde C. Marx, el Estado y sus instituciones seguían favoreciendo a las clases dominantes, a menudo en detrimento de las mayorías, conforme se deduce de Vichinkeski Teixeira, A. (2014).
Del Orden Estatal a la Seguridad Ciudadana
Con la llegada del capitalismo, el vertiginoso desarrollo industrial y luego tecnológico, la dinámica de poder y seguridad, evolucionó aún más. La creciente urbanización, la concentración de riqueza y la industrialización, trajeron consigo nuevas formas de conflicto social, como las huelgas y los disturbios. Las fuerzas de seguridad, se utilizaron para mantener el orden y control social y proteger las propiedades e intereses de las clases propietarias frente a la creciente presión de la clase trabajadora. La policía y, no en pocos casos los ejércitos, se convirtieron en defensores del estatus quo, lo que reafirma la idea de que, históricamente, estas instituciones han estado al servicio de las élites económicas y políticas.
Sin embargo, con la globalización y el colapso de la Unión Soviética a fines del siglo XX, surgió un nuevo paradigma de control social. La seguridad ciudadana, se impuso como un concepto, en el que el Estado ya no es el único responsable de garantizar la protección. En esta nueva era, se enfatiza la corresponsabilidad de los ciudadanos en su propia seguridad, lo que ha llevado a un auge, en los servicios de autoprotección tecnológica y seguridad privada. Además, con el debilitamiento de muchos Estados y la privatización de sectores clave (como la salud, la educación y la energía), la seguridad también va adoptando el camino hacia la privatización, y aquellos con mayores recursos, están en la capacidad de acceder a mejores sistemas y servicios de protección.
Este fenómeno, también se refleja en el surgimiento de empresas militares privadas (en la práctica, ejércitos mercenarios) que, a menudo, intervienen en conflictos globales, donde los intereses económicos de las élites corporativas, en la mayoría de los casos, reemplazan a los antiguos intereses puramente estatales. La idea de seguridad, ha pasado de ser un derecho[1] garantizado por el Estado a ser una mercancía más, que puede comprarse, algo que socava la noción de seguridad pública, como un bien común.
El Control Social en la Era Moderna
Pensadores como Michel Foucault, nos ofrecen una perspectiva más sutil y compleja sobre el papel de la seguridad en la era moderna. Según Ávila Fuenmayor (2006), para Foucault, el poder no se ejerce solo a través de la coerción violenta, sino mediante mecanismos de vigilancia y disciplina que están presentes en todos los niveles de la sociedad. A modo de promotores en el Estado moderno, tenemos a los Sistemas de Culto, Entretenimiento y Educación, el Poder Mediático, incluyendo las Redes Sociales, las ONG’s, como claros ejemplos de cómo el poder se inserta en la vida cotidiana, para condicionar la conducta de los individuos y garantizar un orden social.
En este sentido, la seguridad no solo se trata de protección física o policial, sino también de controlar las percepciones, pensamientos y comportamientos de los ciudadanos. Las modernas fuerzas de seguridad, no solo actúan en situaciones de emergencia, sino que también terminan regulando la vida diaria, promoviendo la disciplina social, a través de la vigilancia y la normalización, lo que conocemos como el Orden Público, en medio de una sociedad caracterizada por el miedo, o en términos de Paz Rada, E. (s.f.) Págs. 15-26, la sociedad del miedo.
Conclusión
A lo largo de la historia, los servicios de seguridad, en sus variadas expresiones, han sido una herramienta clave para las élites, en su lucha por mantener el poder y controlar las dinámicas sociales. Desde las sociedades primitivas hasta el capitalismo globalizado, las formas en que se ejerce el control social, han evolucionado en respuesta a los cambios económicos, políticos y tecnológicos. A medida que el poder se concentraba en manos de monarquías, burgueses o corporaciones, la función de las fuerzas de seguridad ha sido proteger sus intereses, aunque con el tiempo se ha creado una narrativa de protección de los derechos individuales, sobre todo aquellos con mayores capacidades de consumo en el sistema de mercado. Sin embargo, en la práctica, la seguridad sigue siendo, salvo contadas excepciones, solo un instrumento de control social, y en la era moderna, se ha extendido desde la represión física hasta el control mental y conductual.
Esta evolución, muestra cómo la seguridad está entrelazada con el poder y el control social, adaptándose a las nuevas realidades políticas y económicas, pero siempre sirviendo para mantener el orden en beneficio de quienes detentan el poder en cada etapa histórica.
Referencias consultadas:
- Lafferriere, A. (2020). Curso de Derecho Político. Pontificia Universidad Católica de Argentina. https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/10085/1/18490894_v10protegidoConcubierta.pdf
- García Reyes, V. (2016). La seguridad como ciencia. Revista Seguridad, Ciencia & Defensa. https://www.researchgate.net/publication/380610915_seguridad_como_ciencia
- Vichinkeski Teixeira, A. (2014). Los orígenes filosóficos de la noción de soberanía nacional en el contractualismo político de Thomas Hobbes, John Locke y Jean-Jacques Rousseau. Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, (43), Valparaíso, Chile. https://doi.org/10.4067/S0718-68512014000200023
- Gómez Fuentes, A. (2010). Notas sobre la sociedad en la (pre) historia. Studia Historica. https://revistas.usal.es/uno/index.php/0213-2052/article/view/6049
- Ávila Fuenmayor, F. (2006). El concepto de poder en Michel Foucault. Redalyc. https://www.redalyc.org/pdf/993/99318557005.pdf
- Truyol y Serra, A. (1974). Historia de la filosofía del derecho y del Estado. Alianza Editorial.
- Dávila, L. (s.f.). Conceptos y enfoques de seguridad. https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2015/01/doctrina40562.pdf
- Paz Rada, E. (s.f.). La sociedad del miedo y la inseguridad: La construcción de un modelo político y social penalizando la pobreza y la marginalidad. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades T’inkazos, (33). Recuperado de http://www.scielo.org.bo/pdf/rts/n33/n33_a02.pdf
[1] Véase el Artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948.