El acoso y abuso sexual a través de las redes sociales, más conocido por el anglicismo «GROOMING», gerundio del verbo groom que, traducido del inglés al castellano, significa peinar o limpiar a un animal.

Esta adaptación lingüística, define la acción deliberada de un adulto, varón o mujer, de acosar sexualmente a una niña, niño o adolescente, por medio de algún dispositivo digital que, permita la interacción entre dos o más personas, como por ejemplo las mencionadas redes sociales, el correo electrónico, mensajes de texto, sitios de chat o juegos en línea, etc.

El grooming, o acoso y abuso sexual online, es una forma delictiva, en la que un adulto, a veces haciéndose pasar por un menor, se pone contacto con un niño, niña o adolescente para ganarse poco a poco su confianza, creando una conexión emocional e involucrarlo finalmente en una actividad sexual, que podría ser la producción de imágenes o vídeos de índole sexual, para el consumo propio o de otros pederastas; para comercializarlo en redes de abuso sexual a menores, o para propiciar encuentros personales con el menor para realizar el abuso sexual físico.

Habitualmente, el «groomer», o acosador digital, averigua los gustos del menor para tener temas de conversación y así ganarse su confianza. Las frases más comunes del agresor son: «Tenemos muchos gustos en común». «creo que podemos ser mejores amigos», «ya nunca te diría o haría algo así», «yo tengo dos de esos juegos u objetos que quieres», «me gustaría ver cómo eres, mándame una foto», por lo que una niña, niño o adolescente «vulnerable», puede ser fácil presa, al creer encontrar a alguien que le presta atención y finalmente, el pederasta termina solicitando las fotografías o videos que desea.

Cómo padre o adulto a cargo de un niño, niña o adolescente, debes estar atento a si se produce una notable disminución o, al contrario, aumento en el uso de los dispositivos digitales, o si bien, hay una actitud rara o diferente de la que venía teniendo con los dispositivos, o si empieza a evitar actividades sociales, inclusive aquellas que, al menor le gustaba con anterioridad.

Si observas algo extraño en su comportamiento, evita avergonzarlo o culparlo para que pueda contar con sinceridad lo que le está pasando; evita interrogarlo, puedes obtener más información dialogando, siendo empático y sienta que lo tratas con afecto para protegerlo.

¡No temas denunciar o buscar ayuda profesional!

El autor, es Comisionado Aeronaval (R) , abogado en ejercicio y miembro del Colegio Nacional de Profesionales de los Servicios de la Policía de Panamá – CONAPOL.

Víctor F. Alvarado F.

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